El eje central de este proyecto es un grupo de amigas del que formo parte desde hace más de catorce años, nueve de nosotras estamos unidas por una misma circunstancia: la ausencia de la figura paterna por diferentes causas. Pero no nos une sólo este rasgo común, todas nacimos en 1984 y ninguna ha sido madre aún. Estas casualidades o rasgos comunes son los que me han llevado a hacer este proyecto
El miedo al abandono y a la soledad está presente en nuestro día a día, por eso le damos mucho valor a la amistad, sin embargo, la familia está en segundo plano, especialmente la figura de nuestras madres que se ha convertido en un espejo donde no nos queremos mirar.
A través de estos retratos pretendo conectar emocionalmente con los espectadores porque son realidades inevitables que se dan en muchas familias para que se sientan identificados y se genere una conexión emocional.
Este proyecto es un ejercicio de catarsis personal donde el acto fotográfico ha sido la válvula que ha activado la liberación de emociones y sentimientos que estaban reprimidos. Un acto que quizá no ha sido sanador pero sí que me ha servido para constatarme de que la fotografía para mi es un medio de expresión liberador y de autoconocimiento.


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